Hablando específicamente de la selección; no recuerdo una época donde no haya habido polémicas y sobresaltos en los procesos mundialistas o torneos internacionales de importancia como los Juegos Olímpicos, me parece que la responsabilidad de resultados y buen funcionamiento del equipo no solo recae en el entrenador sino también de los futbolistas; pero de una manera más certera, en toda la estructura de futbol mexicano, más aún ahora que se cuestiona el formato de competencia que se tilda de mediocre o conformista, aspecto que desde mi mirada no se puede negar porque; ¿Qué de crecimiento hay que 12 de 18 equipos califiquen a una fase final?.
Ese formato es un chiste y hablo en un primer plano de esto, porque todo influye en el desempeño de la selección; los entrenadores no solo el problema, el meollo de la discusión son los directivos, sino pregúntense porque destacamos en categorías menores y no con la mayor. Porque hay talento, existe materia prima el punto es que no se dan las oportunidades y no se confía en los jugadores.
Se fracasan en procesos de las selecciones porque están planeados a corto plazo y sobre las rodillas, no hay seriedad ni una visión clara de lo que se quiere lograr y cuando se ofrece una mano amiga esta se rechaza, sino por alguna razón las declaraciones de un directivo del Madrid no tendrían sentido al expresar, que hay personas dentro de la federación que no quieren que nada cambie y por eso al día de hoy estamos estancados en el nivel de espectáculo que se ofrece en la liga y otros aspectos más.
Pero si se quiere trascender más allá del quinto partido, la mentalidad, dinámica y modus operandi de la selección tendría que cambiar radicalmente; se necesita de técnicos preparados y estudiosos sí; da igual si se llaman Juan Carlos Osorio o Sven Goran Ericksson, se requiere de alguien que sobre todo conozca de pies a cabeza el futbol mexicano, por eso la apuesta por Ricardo Lavolpe en su momento dio resultado porque es un tipo que a pesar de ser argentino hizo gran parte de su carrera en México y a la hora de tomar a la selección se rodeo de la gente adecuada gente que conocía la idiosincrasia y la cultura con respecto al futbol en el país. Una cualidad que los anteriores entrenadores no tenían y que al parecer no permitieron que esas perspectivas permearan en su trabajo y eso se nota igualmente en el actual entrenador.
En conclusión, algo tiene que cambiar a partir de ahora si se quiere lograr algo, porque las expectativas de parte de todos aficionados y analistas son pesimistas; el Tata Martino se va a ir porque se nota asfixiado y harto por todas las críticas.
Así que, si la renuncia ocurre, ¿Por qué no confiar en algún mexicano para el tricolor como Jaime Lozano, Raúl Gutiérrez o Ignacio Ambriz?
Pero insisto, si la visión de la federación no cambia y se pone al negocio por encima del crecimiento en lugar de ver ambos puntos de manera paralela y nutrirlos; el mismo ciclo de cortar cabezas sin sentido o razón por pifias o malos resultados seguirá repitiéndose una y otra vez sin parar.
Porque no hay buenos y malos entrenadores el asunto es mucho más complejo de lo que parece.
Foto: Twitter: @miseleccionmx
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