Once años han pasado de la última vez que un campeonato mexicano se pintó de auriazul, la sequía más grande dentro del "selecto" grupo de los cuatro grandes.
Pumas cantando el "Goya" | Fotografía Twitter: @PumasMX
El invento de los medios conocido como Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México recuerda con sentimentalismo sus días de gloria, aquel equipo que alguna vez derrotaría ni más ni menos que al Real Madrid en su propio campo, hoy se ha quedado al borde del olvido.
El primer bicampeón en la historia de los torneos cortos lleva más de una decada sin poder alzar un sólo título de cualquier índole, apesar de haber tenido torneos decentes como aquel 2015 cuando luego de eliminar en semifinales a su acérrimo rival, las Águilas del América, enfrentarían en la final a los Tigres de un viejo conocido universitario, Ricardo Ferreti, quien volvió a C.U para arrebatarle el título a los del pedregal.
Otro caso reciente fueron los Pumas del Guardianes 2020 que completaron la remontada más grande en la historia de la liguilla mexicana al vencer a Cruz Azul por un marcador de 4-0 en el partido de vuelta en la semifinales. Sin embargo, Pumas no fue rival para un estupendo León que se alzó con el título.
Internacionalmente también han dejado mucho que desear, apenas la más reciente final de Liga de Campeones CONCACAF se pintó con los colores del Seattle Sounders, lo que representó la primer derrota de un equipo mexicano ante un equipo estadounidense en la historia del final en dicha contienda.
El controversial vínculo sociopolítico entre la UNAM y el Club Universidad Nacional (Asociación privada que administra al equipo) siempre es cuestionado cuando se observa la terrible gestión administrativa, eonómica y deportiva que tiene este equipo.
Los Pumas son financiados y administrados por el Patronato del Club Universidad. Está conformado por universitarios, empresarios y demás personas. Antes esta figura tomaba decisiones sobre el futuro del equipo, pero tras la salida de entes como ICA y Arturo Elías Ayub, no hay decisión que se tome sin que haya pasado por rectoría.
Por ahora el club cuenta con socios que pagan alrededor de 8 mil pesos al año, con lo que ganan boletos para ver en el Olímpico Universitario a los jugadores, así como un cajón de estacionamiento.
Al ser un club histórico, ligado a la escuela más importante que tiene este país, muchos han cuestionado si se debería o no privatizar el equipo para que haya más y mejores inversiones en jugadores; sin embargo, la tradición ha ganado y no hay noticias sobre un cambio de administración. Por lo tanto, la basta afición que tiene este equipo no debería hacerse ilusión alguna sobre un cambio en la filosofía y en los resultados del club.