El pasado viernes 17 de febrero en Indonesia se escribió un nuevo capítulo de violencia y fútbol.
PSIS Semarang y Persis Solo se enfrentaban con motivo de la fecha 25 de la Liga 1 de Indonesia, el encuentro culminó con un empate 1-1; desafortunadamente las acciones deportivas pasaron a segundo término debido a un incidente entre aficionados y la policía de la ciudad de Semarang.
Para este partido ya se habían vendido todos los boletos disponibles, pero al ser considerado un duelo de alto riesgo; las autoridades decidieron vetar el acceso al estadio Jati Diri de último momento. Cabe mencionar que el pasado mes de octubre se registró una estampida en otro partido, que dejó más de 130 muertos e incremento la preocupación en el país por este tipo de problemas.
Ante esta situación los fanáticos del equipo local decidieron forzar la entrada al estadio, lanzando piedras y agrediendo a los uniformados. Las autoridades respondieron disparando cañones de agua y lanzado gases lacrimógenos, para dispersar a los cientos de 'hinchas' inconformes.
Los medios locales transmitieron los hechos desatando la polémica por la reacción de los cuerpos de seguridad. Ganjar Pranowo, gobernador de la provincia Central Java donde está ubicado el estadio, declaró que investigarán la fuerza desmedida de los elementos de la policía y coordinará mejor las acciones preventivas de violencia en el futuro.
La FIFA no se ha pronunciado ante estos acontecimientos violentos y continúan con normalidad los preparativos para el Mundial sub-20, próximo a celebrarse en el país asiático en mayo de este año.